Te
escribo consiente que jamás recibirás
esta carta , lo hago por necesidad,
necesidad de sacar de mi este animal enfermo que vive en mis pensamientos, en mis ganas, en mi
mente, en mis días con sus noches.
Alguien
me diagnosticó y me aclaró la diferencia entre estar enamorado y estar
ilusionado, me lo explicó como si fuera una ciencia exacta, por un momento me
alegro saber que estaba “ilusionado” y no enamorado ( según su diagnostico ), y
según este análisis pasaría pronto mi necesidad de ti, pero la verdad no veo
mejora alguna.
Prefiero
no saber nada de vos antes que me trates
como aun amigo, mi racionalidad y
civilidad no llega a ese nivel , prefiero perder lo poco que tengo de ti (nada)
, antes que fingir que no me importa no verte, o que me da igual que pase un día
sin llamarte a decir te quiero, lo
siento no puedo fingir eso.
En
estos tiempo esta mal visto hablar de amor, o eres cursi, intenso o morelio, la
verdad me importa poco ser todo eso, pero si algo no puedo permitirme, es quedarme
con todo esto dentro y digerir las sensaciones y emociones como si fueran
brócoli!, jamás podría no
enamorarme con todo lo que tengo, y pues si .. todo o nada … en algunas
cosas los matices no se ven bien.
Es
triste no saber de ti y obligarme a olvidarte aun más , uno no debería olvidar
lo que quiere, lo que le inspira… nuevamente
tomo la vía rápida en la que los días y las horas pasan por pasar y que
los amigos y el vino son la mejor compañía.. la única compañía ( las malas compañías son las mejores)
, aunque en esta ocasión quería que tu fueras mi mejor y única compañera.