lunes, 24 de enero de 2011

Señora de las cuatro décadas

Tendría yo unos 24 años cuando conocí a una de las mujeres mas interesantes que se han cruzado en mi vida, ella tenia 37 años y recuerdo casi con detalles la manera en que nos abordamos y hablo en plural porque fue una atracción mutua , una química perfecta, un momento único ( hasta hoy pienso en el brillo de un prendedor que llevaba puesto), pocas veces he tenido una conversación tan interesante, tan honesta, tan profunda y tan liviana como la de esa noche.

Decidimos tentar a la suerte y nos vimos en unos días, fue increíble descubrir que no fue un espejismo alcohólico lo de esa noche y que aquella química era perfecta, sentados en la barra de un bar , bastó unas cuantas horas y no se cuantos martinis para a más de marearnos, contarnos nuestros mas profundos deseos y resumirnos la vida de la manera mas sincera posible.

La tarde se hizo noche y como dice la canción " yo queria dormir con ella y ella no queria dormir sola" pero mas pudo el corazón a la razón y decidimos postergarlo para una próxima ocasión y si porque la razón nos decia "hey los dos nos deseamos con locura y la vamos a pasar mundial" pero el corazón tenia ganas de algo mas, así que decidimos usar el corazón.

Ella viajaba mucho por su trabajo era una gran ejecutiva, yo para esos tiempos intentaba ser un emprendedor productivo con algún negocio de compra y venta de alguna cosa y paso lo impensable, lo mas estúpido quizá que me paso en la vida, perdí mi teléfono celular y con el no solo el numero de ella sino la posibilidad de darle gusto al corazón.

La busque en los mismos lugares donde estuvimos ( fueron dos, digamos no había mucho donde buscar) , en esos días ella había renunciado a su antiguo trabajo el cual de nunca hablamos y tenia entendido que ahora estaba en otra empresa ... etc etc el caso es que en ese coqueteo estúpido cuando nos despedimos ella me dijo espero tu llamada para vernos otra ves y que esa seria la señal de que algo pasaba y bueno el caso es que nunca la pude llamar y ella no llamo jamas!

El dulce encanto de la experiencia y la madurez sobre la piel de una mujer quizá es uno de las cosas mas sexys que hay, utilizar las palabras justas sin simulacros ni palabras entre lineas  en una conversación con una mujer  es una experiencia enriquecedora, ese hablar y escuchar y compartir a mas de ser un preámbulo intenso da paso a las mas claras y simples intenciones de pasar un momento agradable que bueno que cada uno lo lleve y lo termine como la situación y la compañía lo permitan es otra cosa y que implica dedicación y estar a la altura del momento...

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